Fue breve, pero me lo pasé genial. Quedamos a eso de las 5:30 para ir a dar un paulatino paseo por las inmediaciones de la costa. Todo era tan simple como Tony, Kafe, yo y mi canon observado como en un instante efímero caía el sol. Hablábamos de viajes, de curiosidades, de ilusiones... mientras tanto, íbamos parando para poder plasmar la belleza del paisaje en el cual estábamos evadiéndonos de nuestros temores o preocupaciones. Parece que la simple brisa del mar y unos cálidos rayos del sol lo apaciguan todo. Que nunca falten esos momentos.
Esta es una de las fotos que salieron de todo ello, es el icono con el que represento aquel día, esa tarde impregnada de armonía y amistad. Las demás (si mi espíritu laborioso me lo permite) las iré subiendo a Mi Refugio Fotográfico.
3 comentarios:
Tenemos en común ese paisaje marítimo, yo no sabría vivir sin él. Sugerente foto, me transmite un millón de sensaciones!
Yo también soy canonista ;-):)
Besos desde el Atlántico...
Toda esa brisa que penetra y peina nuestra superficie proporcionándonos aromas y frescura...eso es irrenunciable.
Un fuerte abrazo desde el Mediterráneo!!! :p
Que nunca acaben esos momentos.
¿cómo sería una puesta de sol en la Alhambra?
;)
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