viernes, 29 de diciembre de 2006

- Perenne escritura -

Del paradigma solar

Fue sin duda la génesis de la serenidad. Enarbolando aquellas pequeñas partículas en un mar de aire siendo débilmente acariciadas por tímidos rayos solares.Preciosa exhibición de pesados y minúsculos algodones en pleno éxodo, particular efigie de otro camino: era el secreto dentro de la simplicidad, la correcta esencia de la vida frente mis taciturnos ojos.

Singular reflejo del bello y querido afán del ansiado regocijo humano, desadormeciendo el virtuoso sentido de la humanidad. Divisorio, por otro lado, de tan anhelada concupiscencia de nuestro ser terrenal, precario sentir de hombre pobre, explosión incesante de nada… el inerte deseo material.

Místicos destellos literarios escritos sobre aire, la tela del inspirado pincel, el centelleo de una obra de fina alfarería, la levitante escultura de viva roca, infinitas notas entre celestes compases, constelaciones sobre un cielo descapotado.¿Instante efímero, vano y perecedero? ¡En absoluto! Mas bien módico, profundo y perpetuo.

- Sitjar -

- Líricas -


Lápiz y tinta (El Ultimo de la fila)

Tela, cinta, otra vez a empezar. Lápiz, tinta, y al paisaje a robar.
Y al placer de reencontrar el limbo de un tiempo que se nos va.
Libro, nube, ese es mi descanso.
Árbol, fuente, cada vez que despierto.
Ser durmiente. En la espuma de un antojo camuflarse.
Para completa inocencia, en las calderas del sueño divagar.
Que los días se van, río son. Ahora quiero sentir, caminar.
Ahora quiero pintar, percibir el color de esa flor que se marchitará.
Pinto, verdes parajes de belleza desolada, vivo lo efímero y su valor.
Bebo, apuro desperdicios de mi vida, me recojo en la templanza
de la tregua que me da la anestesia del recuerdo.
Que los días se van, río son, ahora quiero sentir, caminar,
ahora quiero pintar, percibir el verano fugaz que ya se nos va.
Lápiz, tinta, y al placer de reencontrar.

- Ecología -


Manifiesto antitaurino


Las emisoras Los 40 principales, M80 y Cadena Dial, pertenecientes a la Cadena Ser, KissFM y la radio pública madrileña Onda Madrid, se niegan a emitir una cuña radiofónica costeada por Ecologistas en Acción que denuncia la crueldad de las corridas de toros.
Las emisoras justifican su rechazo en el decidido apoyo que dan a esta celebración, patrocinando ferias taurinas o directamente con programas dedicados al mundo de los toros.
Ecologistas en Acción manifiesta su sorpresa por esta censura, que pone en duda la efectividad de un derecho reconocido en nuestra Constitución, la libertad de expresión, que supone entre otras, la posibilidad de acceder a los medios de comunicación para difundir libremente ideas y opiniones, respetando el pluralismo de nuestra sociedad.


La continua tiranía que el ser humano ejerce sobre los animales se manifiesta en múltiples aspectos que cualquiera puede contemplar día a día. Pero quizás el que mayor rechazo puede causar en una persona sensible es el espectáculo taurino. Además de ejercerse un acto de abuso hacia un ser indefenso, este se produce con la complicidad y connivencia de las altas instancias, de los medios de comunicación y del publico que alienta jalea y apoya.
Decimos que el toro es un ser indefenso porque por muchas astas y fuerza que tenga jamás podrá vencer la inteligencia, el numero y los medios que el ser humano va a poner en el ruedo para acabar con él tras ejercer unos cuidados y muy elaborados actos, que algunos llaman arte y estética, cuyo fin no es mas que el ir destrozando su cuerpo poco a poco para así convertirlo en un guiñapo sangriento a merced del torero.
Quizás alguno piense que el toro nace para morir en la plaza y que sin Fiesta en los ruedos la especie se extinguiría. Para cualquiera que respete a los animales el predeterminar a una serie de individuos para ser masacrados es como menos un acto de crueldad premeditada. El toro de lidia es un bóvido cuya bravura no es más que la selección que los ganaderos han hecho a lo largo de muchos siglos y que han acrecentado incentivando sus rasgos violentos desde que el animal nace. Aun así muchos toros de lidia son tildados de mansos al llegar a la plaza de toros y sufrirán aun mas castigo si cabe por su falta de “bravura”.
Los medios de comunicación nos venden que fuera de España la fiesta de los toros es admirada. Nada más lejos de la realidad. Cualquiera que trate con extranjeros se dará cuenta que el estereotipo del torero y la fiesta de los toros es una lacra que nos ancla en un pasado que por todos los medios estamos intentando dejar atrás. La imagen de bárbaros y país violento y atrasado no nos la quita nadie. Si es cierto que los turistas acuden a las plazas de toros, por curiosidad y sin saber exactamente que es lo que acontece dentro. Muchos no son capaces de ver terminar la corrida y salen horrorizados, sobre todo si se encuentran cerca de la arena, donde los detalles de las heridas que va sufriendo el toro son mas evidentes. Tan Dantesco es el espectáculo que Televisión Española tiene prohibido a sus cámaras y realizadores el tomar planos cortos del toro durante la faena.
La declaración de ciudades y pueblos “anti-taurinos” ha sido un paso importante para comenzar a demandar una verdadera revisión de lo que es cultura y tradición en España. A pesar de los esfuerzos que el mundo taurómaco esta desplegando, la gran mayoría de la sociedad española esta posicionada, claramente, en contra de las corridas de toros. Un espectáculo cruel, sangriento y violento no puede ser considerado “Fiesta nacional” de ningún país que se considere civilizado. Los impuestos que todos pagamos no pueden seguir alimentando una fiesta basada en la crueldad y tortura hacia los animales.
Los personajes públicos deben replantearse que imagen están dando acudiendo a las matanzas de toros, sobre todo si lo hacen de forma oficial y asumiendo el papel de representantes sociales.
¡Basta ya de costumbres violentas y sangrientas!
¡Basta ya de financiar la tortura de animales!
¡Basta ya de explotación animal!

(www.ecologistasenaccion.org)

- Ecología -


Urgencia de una nueva moralidad

Los informes sombríos sobre el estado de la Tierra y sobre el futuro desalentador de la especie humana nos sugieren la urgencia de una nueva morlidad. Más y más nos damos cuenta de que esta situación dramática se vincula a la forma insensata y hasta inmoral con la que nos relacionamos con la naturaleza, depredándola sin remordimiento a través de un modo de producción que hace del lucro su única ley y religión.

Solamente ahora, cuando la alarma ecológica ha llegado a las páginas de la economía, empiezan los gobiernos y las grandes instituciones internacionales a tomarla en serio. La crisis no viene: ya estamos dentro de ella, y alcanza a millones de personas. Al Gore, en su documental «Una verdad incómoda», nos proporciona los datos. O invertimos ya ahora en la disminución de los gases de efecto invernadero, o en los próximos años tendremos que aplicar más de mil millones de dólares anuales para estabilizar el calentamiento dos grados por encima del actual nivel. O nos vamos a encontrar catástrofes nunca vistas.

Bien analizadas, estas medidas son apenas paliativas. Parten de un presupuesto equivocado: piesan que limando los dientes del lobo disminuimos su ferocidad...
O sea, podríamos continuar con el mismo modelo de producción y consumo, disminuyendo simplemente la dosis. Ese modelo nos condenará a todos, porque se basa en una metafísica falsa, la de que podemos disponer de los recursos como nos venga en gana, y que nuestra relación con la naturleza es sólo de orden utilitario.

Pensamos que estamos por encima de la naturaleza, y contra la naturaleza. Ella se vengará, tal vez expulsándonos definitivamente de su seno, como se expulsa a una célula cancerígena.Por eso, de poco valen las soluciones técnico-científicas fundadas en aquella metafísica. Necesitamos una ecuación moral que cambie los fines y no sólo los medios de nuestra civilización. He aquí algunos puntos para la nueva moralidad.

En primer lugar, debemos tomar en serio el principio de precaución y de cuidado. O cuidamos de lo que queda de la naturaleza y regeneramos lo que hemos devastado, o nuestro tipo de sociedad tiene los días contados. Además, filosóficamente, el cuidado es la precondición para que surja cualquier ser, y el criterio anterior a toda acción.

En segundo lugar, importa dar centralidad al afecto, a la compasión, al corazón y a la piedad, como principios morales. Eso nos enseñan el budismo en Oriente y Schopenhauer en Occidete. Ambos afirman: «no hagas mal a ningún ser, más bien esfuérzate por ayudar a todos lo más que puedas».

En tercer lugar, urge rescatar el respeto y la veneración ante cada ser, porque representa un valor por sí mismo. Como lo formuló Albert Schweitzer: «ética es la ilimitada veneración ante la vida y el respeto ante cada ser».

En cuarto lugar, se hace necesario asumir la responsabilidad del futuro del planeta y de la vida. Somos los guardianos del ser. Hans Jonas espresó así el principio de responsabilidad: «actúa de tal manera que tus actos no sean destructivos para la vida».

En quinto lugar, en vez de la competición hay que reforzar el principio de cooperación, porque es la ley suprema del universo: todos los seres son interdependientes y se ayudan unos a otros para evolucionar, sin excluir a los más débiles.Si viviéramos esa nueva-vieja moralidad, cambiaremos los comportamienos de los estados y de las personas para con la naturaleza, y así nos salvaremos. Vale la frase de 1968 en los muros de París: «seamos realistas, exijamos lo imposible».
(Leonardo Boff )

- Mundo caspa -


La reina del higadillo

Maite Zaldívar, la un tercio de naranja de Julian Muñoz, es la nueva reina del higadillo. Es decir, de la televisión purulenta. Del canal humano. De la autopsia retransmitida en directo.Ayer noche Telecinco emitió, dentro de su programa 'Dolce Vita', "la entrevista más buscada, la primera vez que [esta mujer] acude a un plató despues de haber sido detenida en la 'operación Malaya'". Los televidentes nos enfrentamos a una mujer destrozada, un detritus humano que sólo lograba mantenerse sereno y lúcido gracias a una única e irrefutable convicción: en las tres horas de programa iba a ganar más dinero que usted y yo en toda nuestra puñetera vida.Durante años, los entrevistadores horteras han titulado 'La reina de corazones' todas y cada una de sus confidencias con Isabel Preysler. Santi Acosta, patético periodista de investigación visceral, debería haber presentado a su invitada, Maite Zaldivar, como 'La reina del higadillo'. Es decir, de la prensa amarilla. De la televisión mierdosa. De la información esperpéntica. De la víscera en proceso de pudrición.En un país civilizado, el presentador y la protagonista de este programa de reinserción con forma de programa de televisión no podrían salir a la calle, recoger a sus hijos del colegio o ir al dentista sin avergonzarse, sin ser abucheados, sin sentirse los seres más andrajosos y miserables de la Tierra. En España, estos individuos charlan ante miles de televidentes con el rostro severo de quien debe aportar algo a la sociedad: "Maite nos hablará de sus miedos, sus sentimientos, sus inseguridades".Zaldívar habla llorando. Pero su deshidratación es tan burda que da asco: recuerden que esta María Magdalena de la corrupción inmobiliaria es la ex mujer de Julián Muñoz, la misma que guardaba los fajos de billetes en bolsas de basura, la que corría tras camello cuan rey mago descabalgado, la que ahora suelta lágrimas de cocodrilo recordando su paso por chirona. Habla de sus 72 horas en el calabozo, de la impresión de sus huellas digitales, de sus compañeras de trena... y suena falso, rastrero, miserable. Una vergüenza para quienes pagan y emiten esa miserable apología de la corrupción, un asco para quienes desde nuestras casas pagamos honradamente impuestos, hipotecas, colegios...
(Descodificador-Javier pérez de albéniz)

"Lo peor de las malas personas es que nos obligan a dudar de las buenas"