Como no –como cada aprobación del Gobierno- ha creado discrepancias de toda índole, algunas posiblemente cuestionables y quizás otras no tanto. Algunos manifestarán que la ayuda es el simple vaho que empaña el cristal de una mala gestión del país y otros opinarán con fervor que es una idea de lo más necesaria.
La cuestión es que, de todos sus retractores, los que más me llamaron la atención –como siempre- fueron los Homo neanderthalensis de la Conferencia Episcopal Española.
"Las ayudas deben promover que los hijos que vengan al mundo sean en un contexto en el que se respeten sus derechos a tener un padre y una madre y donde puedan ser acogidos y educados. Si se promoviese otro tipo de contexto en el que los hijos fuesen traídos al mundo sin ser reconocidos sus derechos fundamentales. Nadie lo va a ver bien. Lo ideal : un padre y una madre conocidos, que se aman, y que están unidos por un pacto estable y permanente", espetó el “padre” Juan Antonio Martínez Camino, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (no le quito su parte de razón) pero la cosa fué más lejos y su lengua creció minutos después soltando alguna que otra insensatez.
Prohíben el uso del preservativo, el aborto… ¿creen realmente que tal ayuda va a impulsar o incitar a una mujer a tener un niño y criarlo ella sola por el maldito cheque de 3500 €?, los niños abandonados por los padres con madres que se rompen la espalda para sacarlos adelante solas parece ser que no existen o son simples hologramas virtuales. Cada día más evidencian el gran nubarrón oscuro que acompaña todos sus tormentosos criterios: pesimistas, maniqueístas y extremistas que nada tienen que ver moralmente con la palabra del príncipe Jesús. Pero ¡¿ qué van a aportar a un tema que ni han tocado con sus manos ?! Sigue el declive desenfrenado de sus prehistóricos criterios.
¡¡ Que se los den a ellos, hombres de caridad impoluta !!, empuñantes de crucifijo en mano izquierda y cartera rebosante en la derecha. ¡¡ En huertos y parcelas, vestidos con cuatro atavíos viejos y bajo sol de justicia deberíais promulgar vuestra palabra !!.
Llegará el día bien labrado en que solos en sus templos parroquiales anunciarán hipócritamente la palabra de Dios en la ausencia de todos sus siervos repudiantes de sus viriles ataduras inmorales, ese es el mal que tanto temen y que tanto trabajan contra dirección para evitarlo.
P.D: Si quieren saber más sobre sus prioridades y/o recibir el amor de estos castos hermanos consulte a su farmacéutico. Esto y miles de barbaridades más en Conferenciaepiscopal.es, todo un Paramount Comedy del humor cínico.
-Sitjar-