¡Oh tú, la hermana de la luz primera,
símbolo del amor en la tristeza!
Ciñe tu rostro encantador la bruma,
orlada de argentados resplandores;
Tu sigiloso paso de los antros
durante el día cerrados cual sepulcros (2),
a los tristes fantasmas despabila,
y a mí también y a las nocturnas aves.
Tu mirada domina escrutadora
y señorea el dilatado espacio.
¡Oh, elévame hasta ti, ponme a tu vera!
No niegues a mi ensueño esta ventura;
y en plácido reposo el caballero
pueda ver a hurtadillas de su amada,
las noches tras los vidrios enrejados.
Del contemplar la dicha incomparable,
de la distancia los tormentos calma,
yo tus rayos de luz concentro, ¡oh luna!,
y mi mirada aguzo, escrutadora;
poco a poco voy viendo los contornos
del bello cuerpo libre de tapujos,
y hacia él me inclino, tierno y anhelante,
cual tú hacia el de Endimión en otro tiempo
3 comentarios:
Bellísimo poema a la Luna!
"Todos los días deberíamos preocuparnos por escuchar buena música, leer hermosos poemas, extasiarnos en maravillosas pinturas y hablar razonablemente" (Goethe)
Todo esto es lo que me encuentro al visitar tus blogs.
Besos
Brutal Goethe.
Goethe se debió olvidar de hacer mención especial en intercambiar bellas palabras con chicas tan simpáticas.
Saludetes a los dos!!!.
Publicar un comentario