lunes, 25 de febrero de 2008

- Grizzly Man -

Supe de su existencia gracias a un compañero al que admiro por su afán de conocimiento. Me recomendó Grizzly Man, documental basado en la vida de Timothy Treadwell, un ecologista que durante trece años convivió puerta con puerta con una de las especies más feroces y con mayor potencia existente en la fauna salvaje, los osos grizzly. Durante años, Timothy filmó cientos de horas de grabación jugándose constantemente su vida y la de su novia Amy la cual no compartía ese descaro y esa valentía frente a ellos.

La excentricidad y carácter extremadamente efusivo de Timothy evidencian en cierta manera a un hombre obsesivamente volcado con esa especie y -como no- con la naturaleza en si. Con un pasado lleno de desbarajustes, apunto de morir incluso de sobredosis y amante del mundo animal desde pequeño, decidió dar un vuelco a su vida y, tienda de campaña al hombro, pasar el resto de ella junto a los osos pardos de Alaska.

Timothy, extravagante rozando el narcisismo en todas sus tomas videográficas, se involucra tanto en el estilo de vida de los grizzlys que casi parece sentirse uno de ellos. Se acerca, conversa, los toca, los ama… casi olvidando a la especie a la que pertenece y viendo el mundo humano como algo ajeno fruto del desengaño. Su relación con los zorros también es un hecho a destacar, con los cuales crea unos lazos afectivos muy importantes y sorprendentes.

Muchos le ven un desequilibrado –sus grabaciones ayudan más bien poco a pensar lo contrario- pero lo cierto es que debo reconocer que comparto varios de sus sentimientos como la pasión por la naturaleza y la indignación con la raza humana.

Se autodenominó un tenaz defensor de los osos y parecía que como bien el destino había redactado con anterioridad, eso le costó su vida y la de su novia al ser atacados posiblemente por sorpresa en su tienda. Fueron devorados por cruzar la peligrosa línea que separa el mundo salvaje del mundo humano. Su pasión y su inconsciencia le jugaron una mala pasada.

El documental ciertamente es un homenaje a ellos, aunque no todo es admiración lo que envuelve la historia del ecologista, también existen numerosos retractores de su trabajo y filosofía, sintiendo que no respetó los limites que desde siempre habían marcado los nativos del lugar y creían que el fin de su objetivo era –al fin y al cabo- más perjudicial que beneficioso. Hay un sinfín de dispares opiniones.

Estrenada en el 2005, su duración es de unos 103 minutos. No me ha dejado indiferente y os la recomiendo.

Don Edwars interpretó para él Coyotes, poética canción que le viene como anillo al dedo en este particular homenaje.




3 comentarios:

Marta G.Brea dijo...

Increíble! Desconocía esta historia, en cuanto pueda veré el documental.

La osadía y la locura a veces se rozan mutuamente hasta confundirse.

Bsos

Anónimo dijo...

Lo vi hace un par de años, y recuerdo que me impactó bastante. Sorprendente historia y persona.

Kerouac Riot dijo...

Sí plusky, vale la pena verla, no es usual este tipo de documental e insta a diversas opiniones. A mi me gustó.

"Lo peor de las malas personas es que nos obligan a dudar de las buenas"