En un mundo, formado por dos hemisferios: norte y el sur, vivimos mojados por las cascadas de malas noticias que inundan nuestras consciencias de pesimismo desalentador que a cualquier ser humano con un mínimo de sensibilidad y razón hunden en la incertidumbre y la desesperanza cada día, pero después de leer la noticia de una barbarie totalmente anormal en pleno siglo XXI o tragarte el artículo descabellado de una supuesta personalidad de peso en la prensa de tu país, cabe recordar que aun existen ellos, y todo se vuelve más fácil.
Ellos son humanos que sobre las injusticias construyen su razón de vida, son impávidos espíritus combativos capaces de renunciar a su propia existencia para tratar de cambiar algo que atenta contra todos nosotros. Ellos sí son héroes; sus triunfantes objetivos son disfrutados por todos los que indolentemente callan y siguen en silencio, pero ya contando con lo propio luchan incondicionalmente para que todos nosotros seamos beneficiarios de la victoria.
Amparado por el optimismo me gustaría afirmar que si algo positivo se puede obtener de una muerte en la lucha es que haya servido para algo… aunque mermado por el pesimismo diré que si la muerte en la lucha es triste de por sí, más triste es que haya sido en vano, pero ellos se arriesgan dejando el miedo como un simple factor superfluo.
No rezaré por ellos por mi ateísmo, pero si desearé con fuerza que ellos cuenten todas sus luchas por victorias. Budistas, ciudadanos Birmanos, jueces, periodistas, ecologistas y activistas unidos en la lucha… la lucha y voz que enfrenta y consume las vidas a unos pocos son los labios pegados de todos. ¿Lo mínimo? tomar ejemplo y Rendir pleitesía.
Ellos son humanos que sobre las injusticias construyen su razón de vida, son impávidos espíritus combativos capaces de renunciar a su propia existencia para tratar de cambiar algo que atenta contra todos nosotros. Ellos sí son héroes; sus triunfantes objetivos son disfrutados por todos los que indolentemente callan y siguen en silencio, pero ya contando con lo propio luchan incondicionalmente para que todos nosotros seamos beneficiarios de la victoria.
Amparado por el optimismo me gustaría afirmar que si algo positivo se puede obtener de una muerte en la lucha es que haya servido para algo… aunque mermado por el pesimismo diré que si la muerte en la lucha es triste de por sí, más triste es que haya sido en vano, pero ellos se arriesgan dejando el miedo como un simple factor superfluo.
No rezaré por ellos por mi ateísmo, pero si desearé con fuerza que ellos cuenten todas sus luchas por victorias. Budistas, ciudadanos Birmanos, jueces, periodistas, ecologistas y activistas unidos en la lucha… la lucha y voz que enfrenta y consume las vidas a unos pocos son los labios pegados de todos. ¿Lo mínimo? tomar ejemplo y Rendir pleitesía.
Anna Politkóvskaya 30 de agosto de 1958 - 7 de octubre de 2006
-Sitjar-
1 comentario:
Sin palabras, me dejas sin palabras.
Gran escrito, has dicho todo lo que se puede decir.
Ridamos pleitesía, pues.
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