Kafka: Cálmese y tenga paciencia. Aguante tranquilamente todo lo malo y desagradable. No lo evite. Al contrario: obsérvelo atentamente. Sustituya el estímulo reactivo por una comprensión activa y logrará situarse por encima de todas estas cosas. El hombre sólo puede alcanzar la grandeza a través de su propia pequeñez.
La paciencia es la clave de cualquier situación. Hay que dejarse llevar por todo, entregarse a todo, pero al mismo tiempo conservar la calma y tener paciencia. No hay modo de doblar ni de quebrar nada. Sólo hay una forma de superación que empieza con superarse a sí mismo, eso es insoslayable. Salirse de esta vía siempre implica un desmoronamiento. Tenemos que absorberlo todo pacientemente en nuestro interior y crecer. Sólo el amor puede hacer saltar por los aires las fronteras del temeroso yo. Más allá de las hojas secas que nos rodean con sus susurros hay que saber intuir los brotes jóvenes y frescos de la primavera. La paciencia es el único fundamento verdadero para la realización de todos los sueños.
El hombre ya no vive años, meses, días y horas, sino sólo instantes, y ni siquiera éstos vive ya. Sólo es consciente de ellos. Simplemente existe.
(¡Palabra de Kafka!)
Notas de Gustav Janouch
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