jueves, 13 de marzo de 2008

- El amor de las fieras -

Desde que lo vi me impresionó, me puso la piel de gallina. Siempre ha parecido claro que, a lo que la fauna salvaje se refiere, su instinto innato de ferocidad no puede dejarnos al humano –por ejemplo- confiarnos lo más mínimo por mucha convivencia que pases con uno de esos animales o por mucho que los hayas criado desde que eran un retoño. Pues siempre aparecen casos paradójicos que desafían las obviedades y quebrantan los generalismos mediante las excepciones.

¿La excepción que confirma la regla? No lo sé, lo que sí es cierto es que me quedé con la boca abierta al ser testigo mediante Youtube de uno de los videos más bonitos en relación fiera– hombre que había visto nunca. Según cuentan, la señora del primer video se encontró malherido al león en medio del bosque, lo rescató y le dio los cuidados necesarios para que sanara. Una vez curado el león ingresó en un zoo (de lo cual no soy nada partidario) y la primera vez que su amiga lo visitó ocurrió lo siguiente:

En este segundo video, del cual no tengo ni un ápice de información más que las imagenes, nos muestran un caso similar, esta vez sin barrotes:



La naturaleza no deja de sorprendernos.

5 comentarios:

Marta G.Brea dijo...

Increíble! El primer vídeo ya lo había visto, pero es que no deja de sorprenderme.

Nalia dijo...

qué tierno! me encantó :)

Joven Eriza dijo...

Diossss!!! qué pasada ajajaja me encantaría hacer lo mismo con uno de esos gatitos gigantes!!!

Siempre he creído que un animal así no me haría nada, pero claro... jajaja una cosa es la ilusión y otra muy distinta la realidad... y excepciones hay muy pocas!

Tienes que conseguir un vídeo que recuerdo, creo que de National Geographic, de un cámara en medio de la Sabana, y un león curioso que se acerca a "oler" al intruso y su objetivo. Es impresionante.

Saludico!

Desesperada dijo...

qué pasada!

Kerouac Riot dijo...

Parece mentira ¿verdad?, toda una fiera convertida en un peluche manso...

Eriza, ¡a la búsqueda de ese video voy!

"Lo peor de las malas personas es que nos obligan a dudar de las buenas"