Desde que lo vi me impresionó, me puso la piel de gallina. Siempre ha parecido claro que, a lo que la fauna salvaje se refiere, su instinto innato de ferocidad no puede dejarnos al humano –por ejemplo- confiarnos lo más mínimo por mucha convivencia que pases con uno de esos animales o por mucho que los hayas criado desde que eran un retoño. Pues siempre aparecen casos paradójicos que desafían las obviedades y quebrantan los generalismos mediante las excepciones.
En este segundo video, del cual no tengo ni un ápice de información más que las imagenes, nos muestran un caso similar, esta vez sin barrotes:
La naturaleza no deja de sorprendernos.
5 comentarios:
Increíble! El primer vídeo ya lo había visto, pero es que no deja de sorprenderme.
qué tierno! me encantó :)
Diossss!!! qué pasada ajajaja me encantaría hacer lo mismo con uno de esos gatitos gigantes!!!
Siempre he creído que un animal así no me haría nada, pero claro... jajaja una cosa es la ilusión y otra muy distinta la realidad... y excepciones hay muy pocas!
Tienes que conseguir un vídeo que recuerdo, creo que de National Geographic, de un cámara en medio de la Sabana, y un león curioso que se acerca a "oler" al intruso y su objetivo. Es impresionante.
Saludico!
qué pasada!
Parece mentira ¿verdad?, toda una fiera convertida en un peluche manso...
Eriza, ¡a la búsqueda de ese video voy!
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