- Dulces mañanas laborales & las 65 horas -

Mis mañanas son espectaculares, todo un deleite gravitacional. Mis primeras horas dell día son una mezcla de confusión, de agrias circunstancias. Poniendo fin en el momento en que he llegado a la mejor cima de mis sueños me levanto. Aturdido y con síndrome de abstinencia hacia mis queridísimas sábanas me meto en la ducha. El termo, tras continuas fechorías, se está ganando la distinción de “aparato non grato”. Un vaivén de temperatura me socorra la piel o me deja al límite de una hipotermia. O hago un pensamiento y le echo mano o un día de estos acaba conmigo de todas todas.

En un día como el de hoy, hay que contar con otro lastre no tan inesperado últimamente. Si el otro día me sentí identificado con la historia de una gran escritora, hoy he sufrido en mis carnes el mismo traumatismo. Asoma en forma de bulto una contractura tan grande como el mismísimo escorial justo encima de mi omoplato. No ayuda no, porque tampoco habla aunque por sus dimensiones pueda parecerlo, de ser así aun me haría algo de compañía, pero no, no es otro disparatado disfraz de Mortadelo, es inflamación pura y dura que no frena ni un tratamiento semanal de Myolastan.

Luego coge coche, sal del garaje y que los primeros rayos que impactan sobre la luna delantera del vehículo aparcado en las zonas colindantes al vado me dejen ciego de remate. Chúpate tráfico, a gente que piensa que circula sola y que conducen como si la calzada les perteneciera en propiedad. Tampoco me libro de unas colas de vértigo que no ayudan mucho a tener un buen comienzo de día.

Llega al trabajo e intenta aparcar, tarea que se predice difícil si llegas tres minutos tarde. Después de la primera hora de trabajo y para hacerlo un poco más llevadero me dispondré a desayunar y leer un poco la prensa.

Es en ese momento cuando pongo el grito en el cielo y clamo clemencia, piedad, misericordia y lo que haga falta: La UE podría ampliar la jornada laboral hasta un máximo de 65 horas semanales.

Decir que, esta maldita aberración no se implantará en el gobierno de Zapatero aunque sus futuros sucesores podrían hacerlo. Izquierdas, derechas… no me fío ni un pelo, y aunque sea totalmente doctrina derechista esta nueva implantación por parte de la UE no bajaría la guardia ni ante la izquierda después de presenciar la grotesca pincelada de incoherencia de los socialistas aprobando decretos como el del canon digital (también de la misma tinta y casta de la derecha) no me mojo. Cada privilegio de la sociedad parece que deseen convertirlo en una ilegalidad si los de arriba no sacan tajada de ello. ¡Si es que somos unos delincuentes y unos holgazanes!.

Tanta lucha, esfuerzo, tensión y sacrificio durante tantos siglos por la defensa de los derechos del trabajador y de un plumazo los señoritos mangantes del euro nos quieren someter a algo que ni uno de ellos en toda su vida han ejercido.

Por descontado me declaro en contra de la jornada laboral de 65 horas, he firmado a favor de una movilización para abolir esta medida de sometimiento y explotación.